Dicen que cuando el Diablo se aburre,
mata moscas con el rabo. Pues no puedo asegurarlo. Pero un grupo de
emigrados aburridos no le irían a la zaga. Ha querido salir el sol
un rato, pero en la misma mañana hemos visto diluviar y granizar de
manera violenta. Y ante tal domingo rutinario ha vuelto a salir el
tema estrella: nunca nos acostumbraríamos a vivir aquí.
Un cruce dialéctico condenado a no
tener fin ni vencidos y que se sobrelleva gracias a las risas y el
ánimo que le ponen, unos más que otros. (Yo, lo confieso, depende
del día pero últimamente no contéis conmigo). De momento, me he
marcado un objetivo a corto plazo: ser las más 'lovely' entre las
'lovelys' en mi nuevo trabajo y traducir tanta sonrisa a libras para
darme el capricho de viajar a casa lo antes posible. Por poco que
haga que haya vuelto. No se si tiene mucho sentido, pero no me sobra
la fuerza de voluntad últimamente. Entre los nuestros hay opiniones
para todos los gustos, desde la de 'me voy ya' hasta el de 'no me veo
yéndome'. Y así, nos vamos sosteniendo unos a otros. Para convertir
en aventura lo que a veces no es más que una faena. (Ya he avisado,
no es mi semana).
En el clásico apartado 'burocracia', hemos estado estos días entretenidos con las amenazas de la
televisión nacional de hacernos una investigación ante la sospecha
de que estemos viendo la tele, sin abonar el canon que hace de la BBC
lo que todos conocemos. No digo yo que no haya que colaborar, pero lo
de entrar amenazando de entrada y cuando uno no tiene ni aparato de
recepción en casa, pues no gusta. Eso en nuestro caso, que otros
sufridos amigos, debido a la incomprensión del idioma y del sistema,
van ya por la tercera advertencia plasmada en un sobre que les avisa
de que 'warning', que la investigación está ya en marcha. Cada día
entiendo menos cosas. Pero qué se puede esperar de un mundo en el
que triunfa un chino 'kudeiro' regordete con gafas imposibles y un
baile de epiléptico.