4 mar 2014

El gran timo de los idiomas y el señor Michael

En estos años no han sido pocas las veces que me he topado con un inglés que aseguraba estar aprendiendo español viendo telenovelas. Una información sorprendente, pero que me ha venido bien conocer después para entender por qué en el trabajo a veces me jalean al ritmo de "ándale, ándale", por poner un ejemplo.
El caso es que ayer, esta confusión con lo latino dio otra vuelta de tuerca aún más clarificadora.
La situación comenzó cuando el novio de mi compañera de piso, inglés de pura cepa pero con alma ya medio andaluza,se ofreció a llevarnos en coche al supermercado más barato de Bristol, una oportunidad imposible de desaprovechar.
Nada más subir en el coche veo un paquete de 'cds' de un lumbreras llamado 'Michael' y que dice ser el gran gurú para aprender español rápido y fácil. Lo que sería un 'Vaughan' exportado vamos. En uno de los discos asegura que conseguirás fluidez en cualquier situación en sólo cinco horas. Me río y le pregunto al chico que si de verdad está aprendiendo algo con este sistema. "Actually is quite good"- me dice el inocente- "do you want to listen it?".
Nada más empezar a oír el disco el gran Michael explicaba como "haser la reservación en un hotel para mi para esta noche", frase que repetía una chica sudamericana sin el menor complejo. Volví a mirar la carátula. "Spanish". En ningún lado se avisaba de que aquello era más bien latino, en caso de que alguno de los que editaba este sistema lo supiera, que lo dudo.
La lección siguió adelante mientras le explicaba a mi amigo que "reservación" no existía como tal, que era "reserva" y que "haser" quizás le valiese con los sevillanos, pero que para el resto de España debía utilizar "hacer".   Mientras, Michael seguía dándole a la lengua intentando ahora que hiciéramos la "conformación de la habitasión". Yo a esas alturas estaba ya alucinada. ¿Conformación? ¿Habitasión?. Volví a mirar la carátula, en la parte trasera la actriz Enma Thompson aseguraba que aprender español con este sistema había sido "una de las mejores experiencias de mi vida".
 Madre mía, la de cosas que entiendo ahora, seguro que Ana Botella aprendió inglés de la mano del primo del gran Michael.....
Al llegar al supermercado le dije al chico que más le valía tirar aquello al cauce del río Avon e irse a aprender español real in situ, a no ser que quisiera acabar de galán de telenovela y apodándose Carlos Alfredo Jesús.
Me pregunto cuántas veces nos habrán timado a los españoles de la misma manera, teniendo en cuenta nuestro dominio de idiomas, han debido de ser muchísimas.

4 feb 2014

Malditas escaleras

Hoy he decido no moverme de casa. Ni un ápice o ni una milla como dicen aquí. Y es que hay días en los que es mejor no levantarse, eso lo sabemos todos; lo que no sabemos es cual será y así nos va. Tras quince días de ocupa en un salón prolongando mi estilo de vida de rebelde adolescente, hoy me he mudado a mi nuevo cuarto. Nada más levantarme he sentido mal cuerpo, pero aquello de la responsabilidad no me deja estar quieta y aunque algo me decía "no te mudes hoy, aunque la distancia sea de dos metros", pues yo me he puesto a ello. En pijama y con desgana total he vuelto a marear maletas, cajas, enseres y ropa hacia el nuevo habitáculo de dos plantas que sitúa mi cama a unos dos metros sobre el suelo. Cuando ya estaba terminando y no me explico cómo he caído hacia atrás desde el primer escalón de arriba, volando hacia atrás cual 'Superwoman' , rebotando la cabeza contra la pared e hincando el culo en el suelo para quedar en estado de 'shock'. Como nunca me ha golpeado la cabeza y mucho menos de esa manera (los muros de esta vieja casa victoriana han temblado), he llamado a gritos a mi compañera, que salía maleta en mano camino de Alemania, asegurándole que necesitaba ir a Urgencias. Con los minutos he cambiado de idea y he sustituido el viaje por una bolsa de hielo y un reposo prolongado clavada en la moqueta. Han pasado varias horas y el chichón de la cabeza aún palpita, el coxis sigue inflamado y mi cuello, debido a la tensión, rígido como una estaca.
El resultado es que en lugar de estar tomando un 'cocktail' como había acordado, estoy a dos metros sobre el suelo, temerosa de las alturas y enganchada a la tele como máxima diversión del día. El haber elegido ayer para mi primera clase de 'spinning' en meses, no ha venido si no ha empeorar la situación y estoy temiendo el levantarme mañana para ir a trabajar.
Nunca he sido una persona de caprichos, pero a estas alturas si me preguntan que me regalaría a mi misma, lo tengo claro: un vale canjeable por una única y definitiva mudanza más.

18 ene 2014

Sin batas blancas para todos

Mi amiga María, alias 'La Húngara', aunque ella cantar cante bien poco, se ríe cada vez que le digo que la próxima vez que deje Bristol será para no volver. O hacerlo, si acaso, de vacaciones. Razones para dudar no le faltan, pero yo lo pienso en serio. Otra cosa es que España esté tardando un poco más de lo que nos decían en salir del agujero. Que de eso, ya lo sabemos, no tiene la culpa nadie. 
Pero ella no acaba de entenderlo, e incluso Marbella se le antoja un paraíso donde todo es posible y al que quiere mudarse y buscar un trabajo una vez ahorre lo suficiente (pese a que no hable una palabra de español). Pero bueno, luego que no diga que no la avisé.
El caso es que aquí estoy de nuevo, con la misma incertidumbre que siempre y empezando a pensar que quizás eso de la inestabilidad sea ya mi sino. Ayer, mientras estaba embobada viendo dar vueltas a mi ropa, en una de esas secadoras industriales situadas en uno de esos cuartos que aparecen en toda película americana que se precie, presencié un diálogo muy representativo.
Dos chicas españolas, cesta en mano, entraron a la lavandería y tras echar sus monedas se sentaron a mi lado.
“-Entonces, ¿cuánto te van a pagar en el nuevo trabajo?
-Pues tía, lo de siempre, el mínimo.
-¿Y hablando inglés como lo hablas y con el doctorado, por qué no sigues buscando?-
-Lo hago, pero mientras tendré que comer..
-¿Y qué pasó con la plaza que te ofrecían en Valencia?
-Pues más de lo mismo, que al final no hay dinero, y menos para investigaciones."

Me quedé pensando. La noche anterior, el informativo había explicado que España es el destino Europeo preferido por los jubilados extranjeros y el quinto a nivel mundial. Un pais que recibe miembros de la tercera edad a mansalva y que exporta en igual cantidad a sus jóvenes . La diferencia es que los primeros desembarcan para tomar el sol, relajarse y disfrutar de la buena vida con la garantía de un tratamiento muy barato para sus achaques y los segundos lo hacen para ganarse el pan y ahora siendo amenazados con la retirada de la Seguridad Social.

Pues más de uno tenía que caer enfermo de malaria, no?.

19 dic 2013

Jamón de York en el Portal de Belén

Siempre he sido de un inocente preocupante. Tiendo a creerme de buena fe lo que me cuentan y me cuesta horrores convencerme de que alguien sea mala persona, por reiteradas pruebas que me dé de ello. Esta tendencia mía es extensible a mi visión del mundo. Una vez más y con mi 'maletilla' a cuestas me he plantado de vacaciones en esta ciudad donde no hay pobres, nadie pasa hambre, no hacen falta centros ni comedores sociales y los rusos reparten lingotes de oro en los semáforos. Espera...¿o eso era lo que decían los medios?. Ya es que me confundo. Y eso que soy periodista.
El caso es que es poner un pie fuera del avión y me vuelvo a dar cuenta de mis castillos en el aire. Me levanto y pongo la tele. En Bristol nunca he tenido y la verdad, la de disgustos que te ahorras. Más imputaciones, estafas, juicios, desahucios, deudas, recortes en la libertad de expresión que enorgullecerían a Franco....un poco de todo y nada bueno. Bueno, estoy faltando a la verdad, dimisiones estoy aún por ver la primera.
El ya famoso anuncio de 'Campofrío' y su intención de viralidad quiere hacernos olvidar por unos días lo 'fastidiaos' que estamos. Que no es que tenga yo afición por sufrir, ni deje de reconocer que han conseguido emocionar. Pero que no nos timen. El 'spot' ha encontrado tantos halagos dentro de nuestras fronteras como recriminaciones fuera de ella. La inmensa mayoría de los emigrados (y me baso en grupos mayores a las 6.000 personas presentes en internet) han expresado su indignación por aquello de que "uno puede irse, pero no hacerse". Acabáramos. Si de lo que se trata es de no tener que irse. O al menos, no hacerlo obligados. Que pretender que se nos llene la boca de orgullo patrio mientras tú país te ha mandado a fregar platos a 5 libras la hora, es mucho pedir.
Pero mientras se lucha pues habrá que aprovechar, aunque sea con jamón de york, las cenas de Navidad, los reencuentros con los amigos y las risas al calor de una copa. Y por qué no?, pedirle a los Reyes que llene las cárceles de siglas políticas. Ya os lo advertí, soy una inocente.

25 oct 2013

Los brotes verdes del Gobierno y las setas alucinógenas

Estoy por ir haciendo la maleta. Tanto oír a nuestros ministros decir a boca llena eso de que la crisis ha terminado, que casi te lo crees. Ya me veía con mi contrato, unas justas condiciones laborales, una nómina a fin de mes y casi, casi hasta con tiempo suficiente para cotizar y llegar a recibir una pensión.
Pero entonces me sonó la alarma del móvil; esa que tiene un toque más moderno que el despertador pero que fastidia exactamente lo mismo. Y aterricé directamente en vuelo 'low-cost' desde 'Felicilandia'.
A mi, como al resto de los españoles que no pertenecemos a la elitista clase política, me tocaba ponerme en marcha y tratar de encarar el día lo mejor posible. Ese mismo día una amiga me comentaba su frustración: profesora de secundaria, examinadora del Instituto Cervantes y con amplia experiencia, había sugerido en  el colegio donde trabaja a destajo de lo que aquí llaman 'kitchen porter', la posibilidad de dar clases de apoyo de manera gratuita. La respuesta, muy educada eso sí, fue que si quería aprender cómo se da una clase, podía sentarse junto a los alumnos en su tiempo libre. Sobran los comentarios.
Pero su caso es un grano del granero. Mientras en España el Gobierno se da golpecitos de espalda, posa más sonriente que nunca en la foto (insultantemente en el caso del Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro) y se pavonea del descenso de cifras como la de la dichosa Prima de Riesgo, el resto de los ciudadanos seguimos enfrentándonos a la verdad.
Y esa verdad, fuera del territorio nacional, es que la cifra de gente de todas las edades que ponen un pie fuera de casa en busca de un futuro está lejos de disminuir. Y lo peor es que lo hacen conformándose con muy poco. La falta de opciones es lo que tiene. En casi la totalidad de los casos e independientemente de tus estudios y del nivel de idiomas que tengas, tus posibilidades de acabar siendo camarero, trabajador de fábrica u hotel, limpiador o chico para todo en una cadena de 'fast food' son del 95%. El otro 5% consigue el deseado sueño americano en versión europea: tener un trabajo acorde con su cualificación y valía.
Pero ellos siguen encontrando argumentos para felicitarse. Si cuando reconocían la crisis, los ciudadanos salían de España por su carácter "inquieto", ahora que se ha volatilizado lo achacarán a tendencias suicidas me imagino.
Lo más complicado vendrá pronto. La enorme mayoría de los que estamos fuera volveremos en un plazo medio. Nadie te dice que quiera quedarse en Inglaterra como es el caso y no creo que la cosa varíe mucho en otros destinos; porque nos encanta nuestro país, porque pese a todo, no creemos que haya ninguno igual y porque cada día lejos es un castigo soportable sólo a corto plazo. Y a la vuelta, esas decenas de miles de personas se encontrarán con unos cuantos años más, desvinculados del difícil mundo laboral nacional y con una experiencia que se reducirá a los trabajos menos cualificados.  Pero a ellos qué les importa. Saben que ocurra lo que ocurra, van a seguir con los estómagos bien llenos.



19 sept 2013

Lágrimas de tinta

Desde la primera vez que puse un pie en Bristol y aunque la relación amor-odio que tengo con este país es incomprensible, hay algo que siempre me ha parecido digno de admiración: su red de bibliotecas públicas. La situada en pleno centro de esta ciudad, junto a la catedral, ha sido siempre mi favorita. Cálida, acogedora y sabia guardiana de ejemplares de siglos de antigüedad. En la planta superior, normalmente cerrada al público, se respira historia y ediciones de 'El Quijote' de los primeros años de 1600 comparten protagonismo y capas de polvo con las obras maestras de Shakespeare en un hermanamiento literario digno de admiración y que se traduce en un crujir de páginas emocionante.
Al menos, lo era hasta ahora. En una de mis últimas visitas un grupo de personas se amotinaba en la entrada, haciendo público el futuro inmediato de la 'Central Library'. El Ayuntamiento planea la venta de sus dos plantas para la construcción de un colegio privado y el destino de ejemplares tan valiosos como los mencionados es incierto. Una vez más, la educación al servicio del dinero. La señora que recogía las firmas para tratar de impedir la venta nos reconoció de inmediato. "Vosotros sois españoles, sabéis mejor que nadie qué es que os quiten las cosas", nos dijo sentenciando el silencio entre el grupo.
Entré dentro triste y muy sorprendida; quizás sea sólo un edificio (valorado en millones de libras dada su edad y ubicación eso sí), pero es uno de los pocos lugares donde sientes que todo lo que quieras aprender está ahí, al alcance de tu mano y sin coste alguno. Los libros situados allí y según la plataforma que recogía apoyos, en el mejor de los casos se dispersarán y los menos valiosos serán cedidos o incluso destruidos. Sólo queda confiar en que las autoridades escuchen, la venta no salga adelante y no se tengan que derramar más lágrimas de tinta.

3 sept 2013

Turistas con el culo al aire

"En este hotel parece que les hacemos un casting" me comentaba el directivo de un establecimiento hotelero hace un par de días, mientras afirmaba no acabar de acostumbrarse a las barbaridades que cometen algunos mal llamados 'turistas'. Esos que no sólo están en Salou y que nos guste o no y por más que se disimule, también llegan a Marbella, aunque sea con más billetes en los bolsillos. Pero el dinero nunca ha hecho la clase. Mientras hablábamos, un británico desnudo en la terraza vociferaba a una chica que se encontraba en la habitación de otro hotel situado en frente. Que para qué existen los móviles, que aquí en España estamos muy atrasados y se lleva eso del grito en 4G. "Y menos mal que la piscina no está al alcance, pero te puedo contar de todo, esto no es normal".
Enseguida me vino a la mente otra imagen de hace un par de semanas. Un amigo y yo volvíamos a casa en coche hablando precisamente de estas pandas de garrulos que acechan España sin otra intención que destrozar lo que pisan como 'Atilas' de habla inglesa y de cuya presencia aquí, tampoco nos libramos. En ese mismo instante y delante de la fachada de un establecimiento 'de alterne', un grupo de cuatro jóvenes con el bañador bajado y la tasa de alcohol presumiblemente por las nubes, enseñaba el culo a los automovilistas mientras luchaban por mantenerse en pie.
El hecho de que la mayoría de ellos sean ingleses, me cabrea mucho. A punto de embarcar de nuevo me pregunto qué me ocurriría si una vez pise tierras británicas me dedicase a destrozar mobiliario, beber hasta vomitar, cometer actos semi-suicidas y dejar la bandera de mi país a la altura del betún. Pues no voy a comprobarlo, pero unos días de calabozo, actos comunitarios y una multa de muchas libras no me la quitaba nadie. Ni el gris continuo que sufren, ni su obsesión por esa falsa educación y apariencias que les mantiene reprimidos, ni su tendencia al alcoholismo crónico les disculpa. No deberíamos dejar que vean España como ese sitio donde desahogarse y liberarse de todo lo que en su país no pueden hacer. Que vivan aquí 30 años y no se molesten en integrarse o en aprender a decir 'buenos días' ya es un clásico, pero el baremo de la civilización no debería entender de nacionalidades.